México, agosto 22 - ¿Qué pensaría si en los libros escolares de sus hijos aparecieran errores como la palabra "arrollo" en lugar de arroyo, "biosfera" en lugar de biósfera o el pleonasmo "parvada de aves"?
Pues esta es la forma como este año estudiarán millones de niños
mexicanos que cursan la educación básica, porque en los libros de texto
oficiales para el actual ciclo escolar se cometieron 117 errores
ortográficos como poner la tilde en sitios donde no corresponde, falta
de letras en algunas palabras, cambio de fechas o ubicaciones
geográficas equivocadas.
Los errores provocan escándalo, sobre todo en un país que ocupa uno de
los últimos lugares en rendimiento escolar entre los miembros de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
"Es algo que nunca hubiéramos querido enfrentar o que hubiera pasado por
nuestra mente, es muy lamentable", dice Consuelo Mendoza García,
presidenta de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).
Son millones de libros con estas equivocaciones que ya se distribuyeron en todas las escuelas de educación básica del país.
El secretario de Educación, Emilio Chuayfett, reconoció que las pifias
son "imperdonables", pero aseguró que la edición fue realizada por el
gobierno del expresidente Felipe Calderón.
Cuando la nueva administración asumió el poder el 1 de diciembre pasado
fue imposible detener la impresión de 235 millones de ejemplares.
Hacerlo hubiera implicado que no estuvieran disponibles para el actual
ciclo escolar, que inició el 19 de agosto.
Hasta el momento ningún funcionario del gobierno anterior, encabezado
por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), ha asumido la
responsabilidad de estos errores.
"Precausión"
La Secretaría de Educación Pública (SEP) distribuyó una guía para ayudar
a los maestros a enmendar los errores durante las clases.
Oficialmente no se ha informado cuáles son las equivocaciones pero algunos medios han hecho búsquedas independientes.
El diario La Razón, por ejemplo, localizó 88 errores como la palabra "precausión" en lugar de precaución; "ocaciona" en vez de ocasiona o "papas" en sustitución de papás.
Los editores de los libros de texto equivocaron el nombre del escritor Haruki Murakami a quien llamaron "Jaruki Muramaki", ubicaron a la población de Tulum en Yucatán y no en Quintana Roo, donde realmente existe, así como también confundieron la fecha de los primeros Juegos Olímpicos de Londres: según ellos ocurrieron en 1984 y no en 1948.
La Razón encontró enredos de redacción como "si no se les son usadas" y "nos lastimamos a nosotros mismos", así como el uso de palabras innecesarias en algunas frases: "inhala por la nariz" o "ingiere por la boca".
Muchos errores son letras que faltan y otras que sobran. Es el caso de "bibioteca", "contactoo", "contrubuyen" o "respirarimos", palabras impresas en varios de los textos que se distribuyen en los seis grados de educación primaria.
Obligaciones
En México los libros para la educación primaria son elaborados por la
Secretaría de Educación, son gratuitos y de uso obligatorio en todas las
escuelas, incluso las privadas.
Los maestros pueden utilizar textos y materiales adicionales, siempre y
cuando cumplan con los requisitos establecidos en el programa educativo
de cada curso.
Es un problema más serio que los errores ortográficos, dice la presidenta de la UNPF.
Las equivocaciones en el actual ciclo pueden corregirse con la guía
entregada por la SEP, que además solicitó la colaboración de la Academia
Mexicana de la Lengua para elaborar los textos de los siguientes
cursos.
Pero la obligación de utilizar sólo los libros de la Secretaría limita
el aprendizaje a muchos estudiantes, asegura Mendoza García. "El
problema se tiene que ver más allá de los 117 errores ortográficos, y
entender que la participación de los maestros y padres de familia es
vital", insiste.
Un tema que cobra relevancia en los días que ahora vive México: en el
Congreso se discuten las leyes reglamentarias a la reforma educativa
recientemente aprobada, y a la que se oponen miles de maestros de la
disidente Coordinadora Nacional de la Educación (CNTE).
El gobierno mexicano espera que esta reforma mejore la calidad de la
educación en el país, especialmente en el nivel básico. Pero el proceso,
reconocen especialistas, puede tardar varios años en concretarse.
Revista Zulia Prensa / Aporrea
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