Buenos Aires, 29 enero de 2014.- El Gobierno argentino prometió el
miércoles mano dura contra los comercios y empresas que suban sus
precios para actualizarlos tras la fuerte devaluación de la moneda local
de la semana pasada, en un intento por evitar que se dispare la alta
inflación en el país.
Precios de productos clave para la actividad
económica como los de los materiales para la construcción registraron
aumentos luego de que la moneda local cayera un 15 por ciento entre el
miércoles y jueves pasado debido a lo que la presidenta Cristina
Fernández calificó como un "ataque especulativo".
Argentina tiene
una de las mayores tasas de inflación del mundo, que en el 2013 fue de
alrededor del 25 por ciento según estimaciones privadas.
Con los
precios de la economía atados a las variaciones del dólar, analistas
esperan que la inflación acelere este año su escalada para superar el 30
por ciento.
Una mayor inflación podría hundir en la recesión a la
tercera economía latinoamericana, que ya da señales de agotamiento por
la falta de inversión privada y un estancamiento de las exportaciones
que provocó una sequía de dólares.
Los precios de productos con
componentes importados como los electrodomésticos y los vehículos
también aumentaron inmediatamente tras la devaluación, que fue la mayor
en más de 12 años.
"Comerciantes y empresarios inescrupulosos
pretenden afectar el poder de compra de las familias y los consumidores
(...) Ha habido variaciones injustificadas desde cementos, hormigón
elaborado, aceros, asfaltos, gasoil", afirmó a periodistas el jefe de
Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich.
El funcionario llamó a la población a denunciar esta "trampa de los precios".
El
Gobierno se ha reunido en los últimos días con representantes de
diferentes sectores económicos para advertirles que no aceptará los
aumentos.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, solicitó a
empresarios de la construcción que den marcha atrás con el ajuste. En
tanto, alcaldes publicaron un anuncio en los principales diarios del
país diciendo que saldrán a las calles para monitorear los precios y
denunciar aquellos "abusivos".
"Sabemos que por su naturaleza, el
sector de la construcción muchas veces sobrerreacciona ante cualquier
crisis. Por eso, es importante tomar medidas consensuadas y responsables
para evitar que un clima devaluatorio e inflacionario se instale y
termine perjudicando el nivel de actividad", remarcó el ministro de
Economía en un comunicado emitido en la noche del martes.
Antes de
la devaluación, el Gobierno había puesto en marcha un plan para fijar
precios máximos en alrededor de un centenar de productos que se venden
en los supermercados. Pero, la incitativa es limitada y los productos
que incluye son difíciles de encontrar en las góndolas.
Antes de
la devaluación, el Gobierno pronosticaba una expansión de más del 6 por
ciento para la economía, mientras analistas estimaban un crecimiento de
sólo el 2 por ciento.
Por José Núñez SIBCI Reg. N° 6355 de la Revista Zulia Prensa,
Prensamerica & Conape Internacional Venezuela con información de NotiTarde.com
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