Una semana antes de que los alumnos del colegio Sandy Hook de
Newtown (Connecticut) comenzasen sus vacaciones de Navidad, un joven accedió a
este centro y abrió fuego contra todo aquel que se cruzó en su camino. El
número de víctimas asciende a 28. Entre los fallecidos se encontraban 20 niños,
la propia madre del presunto asesino, a la que mató antes de perpetrar el
tiroteo en la escuela y el autor de la matanza, que se quitó la vida. El
presunto autor ha sido identificado como Adam Lanza, de 20
años. Su hermano mayor, Ryan, de 24 años, y al que al principio confundieron
con el asesino, fue retenido e interrogado por la policía pero parece no tener
nada que ver con la matanza.
Un portavoz de la policía de Connecticut ha indicado que los
disparos se produjeron en una zona determinada de la escuela, en dos aulas, y
que el presunto asesino fue hallado muerto en el interior del centro, aunque no
precisó la causa de la muerte (se especula que podría haberse suicidado).
Otras dos de las víctimas mortales murieron en el hospital, según la Policía.
Cerca de las nueve y media de la mañana (hora local) Adam Lanza,
armado con dos pistolas de 9 milímetros y un fusil accedió a
la escuela de primaria y jardín de infancia Sandy Hook en Newtown. Una vez en
el pasillo del centro, el responsable del asalto comenzó a disparar
indiscriminadamente. Poco después se dirigió a una de las aulas, donde continuó
descargando sus armas y acabó con la vida de todos los que allí se encontraban.
Según las autoridades, en ese aula era donde su madre impartía clase a niños de
5 años. Un testigo aseguró haber escuchado entre 50 y 60 disparos. Otros
señalaron que entre los fallecidos también se encontraban un psicólogo escolar
y el director del colegio, Dawn Hochsprung.
Antes de perpetrar la matanza, Adan habría matado a su madre, cuyo
cadáver fue encontrado por la Polícia en su casa, según han informado fuentes
oficiales a medios locales. En principio se dijo que era el padre, pero éste
fue encontrado vivo e interrogado por la policía.
Una de las armas que portaba el joven era una Glock automática, una
pistola asociada a trágicas matanzas como la de Virginia Tech o la de la Isla
de Utoeya (Noruega). En su coche se encontraron otras dos armas de fuego, una
de ellas un rifle de gran calibre.
El atacante, muerto
El teniente de policía de Connecticut, Paul Vance, informó de que,
tras recibir una llamada de emergencia, varios equipos de agentes -entre ellos
un equipo SWAT de agentes especializados en armas y tácticas especiales-
acudieron al centro con la finalidad de reducir al atacante y encargarse de la
evacuación.
Una alumna del centro describió a la cadena NBC que cuando
comenzaron a escuchar los disparos su clase se encontraba en el gimnasio y su
profesora les pidió que se tiraran al suelo. La maestra les guió a una oficina
desde donde la policía pudo escoltarlos hasta una estación de bomberos cercana.
Entre los primeros que acudieron a las inmediaciones de la escuela
se encontraba Dannel P. Malloy, gobernador del Estado de Connecticut. Malloy se
reunió con las familias, con quienes permaneció durante el resto de la jornada.
Al gobernador se sumó un equipo de terapeutas y de voluntarios de la Cruz Roja
que asistieron a los familiares. Malloy se encargó de mantenerlos informadas de
las últimas novedades y de transmitirles las condolencias enviadas por el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Debate sobre las armas
En una comparecencia oficial, un Obama emocionado y tratando de
controlar las lágrimas incidió en que Estados Unidos ha «sufrido demasiadas
tragedias como esta en los últimos años» y adelantó que el país va a tener que
unirse y «tomar acciones significativas para prevenir más tragedias,
independientemente de la política».
«El presidente y yo como padres sentimos una enorme simpatía por las
familias afectadas y haremos todo lo que podamos para apoyar a las autoridades
y a aquellos que sufren ahora», señaló Jay Carney, secretario de prensa de la
Casa Blanca. Cuando le preguntaron sobre el debate del uso de armas, Carney
apunto que estaba seguro de que Washington tendrá que tener esa discusión, pero
no ahora mismo.
Sin embargo, la importancia de este incidente, unido a la larga
lista de tiroteos ocurridos este año, llevaron al alcalde y al gobernador de
Nueva York, Michael Bloomberg y Andrew Cuomo, a exigir acciones inmediatas
contra las armas. Bloomberg reclamó una ley para controlar las armas de fuego
porque «ni siquiera los jardines de infancia son seguros; cada día que
esperamos otras 34 personas son asesinadas con pistolas». Cuomo reclamó una
«acción enérgica»: «Debemos, como sociedad, unirnos y de una vez por todas
tomar medias duras contra las armas», indicó el gobernador.
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