Los cadáveres de nueve personas fueron hallados este viernes colgados
de un puente en la ciudad de Nuevo Laredo, en el noreste de México, y
con señales de haber sido torturados, informaron fuentes oficiales.
Las víctimas, cinco hombres y cuatro mujeres, llevaban los ojos vendados y presentaban signos de tortura, declaró una fuente de la Alcaldía de esa urbe, fronteriza con Estados Unidos.
Supuestos miembros de la organización criminal de Los Zetas se atribuyeron los asesinatos de las nueve personas, a las que calificaron como miembros del Cártel del Golfo y a las que acusaron de atraer la atención de las fuerzas de seguridad con atentados.
Un mensaje colocado al lado de los cadáveres acusa a las víctimas de ser las responsables del ataque con explosivos contra la sede de la Policía municipal cometido el 24 de abril pasado.
Los "zetas" mantienen un enfrentamiento con sus rivales del Cartel del Golfo, que al parecer se aliaron con el de Sinaloa para arrebatarles el control del narcotráfico y la delincuencia en la ciudad.
Desde 2010, el cártel del Golfo y sus aliados de Los Zetas rompieron su asociación, lo que originó enfrentamientos armados por el control de las rutas del narcotráfico que han dejado miles de muertos.
Los restos humanos, sin cabezas, fueron hallados en bolsas negras dentro de una camioneta estacionada frente a la sede de la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo.
Las 14 cabezas que se presume corresponden a los cuerpos mutilados fueron halladas en neveras abandonadas cerca de la presidencia municipal de la urbe, fronteriza con Estados Unidos.
El 17 de abril fueron hallados 14 cuerpos descuartizados en un vehículo estacionado al lado de la Alcaldía de Nuevo Laredo con un mensaje supuestamente firmado por Joaquín 'el Chapo' Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, que anunciaba su llegada a la ciudad para limpiarla de "zetas".
El recrudecimiento de la violencia en Nuevo Laredo, un bastión de Los Zetas, está relacionado con una mayor presión de las autoridades contra líderes de ese grupo criminal y los enfrentamientos entre los cárteles rivales.
El Ejército mexicano asumió desde hace un año las labores de seguridad pública en la urbe debido a la corrupción de las policías que actuaban en la zona.
Las víctimas, cinco hombres y cuatro mujeres, llevaban los ojos vendados y presentaban signos de tortura, declaró una fuente de la Alcaldía de esa urbe, fronteriza con Estados Unidos.
Supuestos miembros de la organización criminal de Los Zetas se atribuyeron los asesinatos de las nueve personas, a las que calificaron como miembros del Cártel del Golfo y a las que acusaron de atraer la atención de las fuerzas de seguridad con atentados.
Un mensaje colocado al lado de los cadáveres acusa a las víctimas de ser las responsables del ataque con explosivos contra la sede de la Policía municipal cometido el 24 de abril pasado.
Los "zetas" mantienen un enfrentamiento con sus rivales del Cartel del Golfo, que al parecer se aliaron con el de Sinaloa para arrebatarles el control del narcotráfico y la delincuencia en la ciudad.
Desde 2010, el cártel del Golfo y sus aliados de Los Zetas rompieron su asociación, lo que originó enfrentamientos armados por el control de las rutas del narcotráfico que han dejado miles de muertos.
Cabezas en una nevera
Cerca del puente, se encontraron también los cuerpos decapitados de 14 personas en un vehículo, lo que eleva a 23 los cadáveres encontrados hoy en esa urbe, informaron fuentes oficiales.Los restos humanos, sin cabezas, fueron hallados en bolsas negras dentro de una camioneta estacionada frente a la sede de la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo.
Las 14 cabezas que se presume corresponden a los cuerpos mutilados fueron halladas en neveras abandonadas cerca de la presidencia municipal de la urbe, fronteriza con Estados Unidos.
El 17 de abril fueron hallados 14 cuerpos descuartizados en un vehículo estacionado al lado de la Alcaldía de Nuevo Laredo con un mensaje supuestamente firmado por Joaquín 'el Chapo' Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, que anunciaba su llegada a la ciudad para limpiarla de "zetas".
El recrudecimiento de la violencia en Nuevo Laredo, un bastión de Los Zetas, está relacionado con una mayor presión de las autoridades contra líderes de ese grupo criminal y los enfrentamientos entre los cárteles rivales.
El Ejército mexicano asumió desde hace un año las labores de seguridad pública en la urbe debido a la corrupción de las policías que actuaban en la zona.
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