Jéssica Alexandra Ruiz
Franco, de 27 años, es una joven madre narra a los periodistas lo que le
ocurrió el día 8 de diciembre pasado cuando supuestamente su ex concubino,
Andrés Alexis Franco Franco, le cercenó las extremidades superiores en un
intento de matarla.
En la casa de sus padres,
ubicada en el recinto Piñal de Arriba, de Santa Lucía, en la provincia del
Guayas, Jéssica cuenta lo difícil que se le ha hecho acostumbrarse a su nueva
vida. Dice que a ratos olvida que sus manos ya no están e intenta agarrar
cosas, y que cuando la acción se le vuelve imposible, la nostalgia la invade.
“Ha
sido muy difícil toda esta situación; no puedo dormir”, reitera Jéssica tras
relatar que aquel día ella conversaba con su hermana Jenny y un amigo, cuando
Andrés la agredió.
Era
un domingo, a las 21:00, cuando ocurrió el ataque. En la mañana, Jéssica lo
había echado de casa por segunda ocasión, porque supuestamente no velaba por
ella ni por sus dos hijos, de 8 y 4 años.
Franco,
recuerda la víctima, sacó un machete y de un solo tajo le cercenó las manos.
“Quería darme en la cabeza, pero yo puse las manos y me las cortó; mi hijo
mayor estaba conmigo y vio todo, él se desmayó...”.
La
hermana y el amigo también fueron heridos por ayudar a Jéssica. Ella sufrió
cortes en la cabeza y en el hombro derecho; y él, en el cuello.
Sentada
frente a la ventana y mientras su madre, una mujer de más de 60 años, le
arregla el cabello, Jéssica pide que alguna persona o institución la ayude a
conseguir unas prótesis, pero sobre todo quiere que sus hijos sean asistidos
psicológicamente. “Yo pido ayuda para mis hijos. El mayor dice que un día va a
crecer y que le va a hacer lo mismo al papá; incluso, el más chiquito me dice:
‘Mamita, a mi papi yo no lo quiero porque él cortó manitos’”.
Lina
Ruiz es otra de las hermanas de Jéssica. Ella cuenta que intentaron pedir ayuda
al presidente de la República, Rafael Correa, cuando estuvo por la zona de
Daule. Prepararon carteles para hacerle conocer la situación, pero que la
Policía y otros funcionarios les impidieron mostrarlos.
Ya
había intentado matarla dos veces con un cuchillo, pero mi hermana lo perdonó;
ella no imaginó que algún día le iba a hacer lo que le hizo, y ahora queremos
que lo capturen”.
Lina Ruiz, hermana de víctima
Lina Ruiz, hermana de víctima
Ya no importan mis manos, lo bueno es que yo estoy viva para ver a mis hijos; espero que me ayuden con una prótesis para salir adelante con mis dos hijos, ellos necesitan ayuda...”. Jéssica Ruiz, víctima
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