La clínica Guayaquil, una de las más
antiguas del país y donde se practica el mayor número de cirugías de
corazón, un promedio de 160 al año, entró en crisis económica. El grupo
hospitalario Kennedy, uno de los más importantes del Ecuador, está en la
misma situación. Y en ambos casos la causa es la misma: el retraso en
los pagos por parte del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
-IESS,
por la atención médica que se da a los afiliados.
En la clínica Guayaquil la deuda de 2013
bordea el 1'300.000 dólares. Desde enero a lo que va de marzo, las
atenciones a este grupo de pacientes han significado una facturación de
dos millones de dólares, un monto por el que deben gestionar el pago. Y
si esta cifra es alta, la cantidad que tiene que cancelar el IESS al
grupo hospitalario Kennedy es aún mayor. Le adeuda 12 millones de
dólares por el 2013. "Nosotros facturamos un promedio mensual de 4
millones de dólares", explica Édgar Lama, director técnico.
Los reclamos de los proveedores a estas
clínicas que realizan cirugías de alta complejidad se cuentan por
decenas. Ese vacío que se crea en las cuentas de estas instituciones
médicas complica que cumplan con sus acreedores y hace que empiecen a
tener problemas con los bancos. El doctor Roberto Gilbert, presidente de
Servicios Médicos Clínica Guayaquil, ha enviado varias comunicaciones a
las autoridades del IESS, sin que ninguna le haya respondido. Pide que
para poder enfrentar la crisis se destine un anticipo del 90 % de la
facturación mensual estimada para evitar el colapso que se avecina.
"Cada vez que cambian autoridades, todo
comienza nuevamente. Hasta que las personas que tienen la potestad de
servirnos se pongan al día, pasan dos o tres meses más de atraso y a
nosotros nos crean un tremendo problema de liquidez", agrega Lama. Ambos
médicos indicaron que pese a los contratiempos siguen atendiendo sin
restricción, pero que si siguen así, van a quebrar o verse en la
necesidad de restringir servicios.