Revista ZuliaPrensa/AFP
El cadáver del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che
Guevara, asesinado por militares en Bolivia (asesorados por la CIA
norteamericana) el 9 de octubre de 1967, fue parcialmente degollado por
sus captores, que además le cortaron las manos, según un libro de dos
historiadores cubanos, que pronto saldrá a la venta.
“Hay detalles que asombran a cualquier lector, como el intento de
cercenarle la cabeza al Che (iniciado, pero no terminado); el de
cortarle sus manos (que sí se hizo); los golpes que le dieron, vivo y
muerto”, dice la reseña del libro “El asesinato del Che en Bolivia.
Revelaciones”, publicada ayer por el diario Juventud Rebelde.
El texto es obra de los investigadores Adys Cupull y Froilán
González, que durante más de 30 años se han adentrado en la vida y
muerte de Guevara, publicando varios libros sobre el tema.
“Se develan las indignas actuaciones de los asesinos: varios altos
oficiales se apropiaron de cuatro relojes Rolex de los guerrilleros, y
de los dólares estadounidenses, canadienses y pesos bolivianos que el
Che, como jefe, tenía, y acordaron no informarlo a los superiores”,
según Juventud Rebelde.
“Andrés Sélich, uno de los jefes militares, entró a la escuelita (de
La Higuera, en Bolivia, donde estaba preso), tiró con fuerza de la barba
del Che y le arrancó parte de ella”, añadió.
Según el texto, el Che “reaccionó indignado, las alzó con fuerza y
golpeó su rostro. El militar se abalanzó sobre él para golpearlo. El Che
respondió como podía: ¡escupiéndole el rostro!”.
Las manos de Guevara fueron recogidas y traídas a Cuba por el
exministro de Interior boliviano Antonio Arguedas, quien también entregó
al gobierno de Fidel Castro una copia fotostática de su diario de
campaña.
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