Continúan las imposiciones y
amenazas de la ultraderecha internacional estadounidenses, en contra de la República
Bolivariana de Venezuela, por parte del gobierno norteamericano inducido por su
presidente Barack Obama, como también por los integrantes de la ultraderecha
internacional dentro del despacho de estado.
Esta nueva injerencia tiene
cabida en la sede del senado, donde la vocera del Departamento de estado Marie
Harf, y miembro de la ultraderecha internacional, salió al cruce de las
declaraciones del presidente Maduro y de su Canciller, que le imputaron a Obama
el instigar las protestas opositoras y tildaron de "asesino" al
Secretario John Kerry.
A raíz de estas declaraciones
Marie acuso a Venezuela de "faltar descaradamente a la verdad" cuando
lo responsabiliza de orquestar las protestas en el país caribeño y recordó que
no descarta imponer sanciones u otras medidas si no avanza el diálogo entre las
dos partes involucradas.
Según las declaraciones de la representante
de la ultraderecha internacional dentro del senado, la vocera Marie Harf, le
molesto que el ministro de Exteriores venezolano, Elías Jaua, llamara
"asesino del pueblo venezolano" al secretario de Estado, John Kerry,
por sus duros comentarios de esta semana sobre las protestas que vive
Venezuela, el Departamento de Estado lamentó los constantes ataques a los que
son sujetos la ultraderecha Venezolana en Caracas.
"Los funcionarios en
Venezuela que tratan de hacer que esto (las protestas) gire en torno a Estados
Unidos están faltando descaradamente a la verdad sobre lo que está pasando
allí", dijo a los periodistas Marie Harf, vocera del Departamento de
Estado.
Pero la injerencia de los
estadounidenses no término con las declaraciones de la vocera Marie, sino que además
el Departamento de Estado se pronunció al respecto unas horas más tarde, con
tono imponente y en forma de reclamo dijo que el Gobierno de Venezuela tiene
que centrarse en resolver sus crecientes problemas económicos y sociales, no en
hacer acusaciones absurdas contra Estados
Unidos", dijo a la agencia EFE una
fuente del Departamento de Estado.
Llama la tención que la fuente que
según EFE, pidió el anonimato, lamentó que Jaua y Maduro insistan en
"lanzar pedradas verbales" a Estados Unidos, declaración similar a la
que expresó Kerry este miércoles ante el Congreso.
"Nos hemos convertido en una
excusa, en una carta política que usan para sus esfuerzos locales", dijo
entonces Kerry ante el comité de Gastos de la Cámara de Representantes, cuando
lamentó los escasos avances para normalizar las relaciones bilaterales,
mermadas desde la retirada mutua de embajadores.
Fue en esa misma audiencia en la
que Kerry confirmó que el Gobierno de Barack Obama se plantea imponer sanciones
a funcionarios venezolanos si no ven avances en el diálogo.
"Estamos preparados, si es
necesario, para invocar la Carta Democrática Interamericana en la Organización
de Estados Americanos (OEA) e implicarnos de forma seria, con sanciones",
indicó Kerry.
Kerry matizó entonces que la
preferencia de Washington es que prosperen los "esfuerzos de los países
vecinos para alentar un diálogo" en Venezuela y este viernes su portavoz
coincidió en que la prioridad es favorecer una "situación en la que el
pueblo venezolano (La oposición venezolana) sea escuchada por su
Gobierno".
"Tiene que haber un diálogo
para llegar a una resolución (de la situación). Eso es algo que tiene que pasar
tanto si imponemos algún tipo de coste (a Venezuela) como si no", subrayó
Harf.
No obstante, la representante de
la ultraderecha internacional dijo en forma imponente que EEUU mantiene
"todas las opciones sobre la mesa", y "si tiene que dar pasos,
los dará".
Además confirmo que las presiones
provenientes de la oposición venezolana para que el Gobierno de Barack Obama
sancione a Venezuela aumentó el jueves en el Congreso estadounidense, donde dos
grupos de legisladores pertenecientes a la ultraderecha internacional,
presentaron proyectos de ley bipartidistas para imponer sanciones contra
funcionarios venezolanos vinculados con la violencia a la oposición venezolana.
Harf indicó este viernes que el
Departamento de Estado "mantendrá conversaciones en secreto con el
Congreso" para "ver si es posible hablar con una única voz sobre la
política exterior".