
El acontecimiento ha generado todo un revuelo en este país del norte,
dado que esta orden de Obama está prohibida y es ilícita, ya que
contradice las funciones y el código de la marina gringa.
El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, ha demostrado otra vez cuáles son sus prioridades, al evitar por
cualquier vía mojar su excelentísima e imperial humanidad con el agua de
la lluvia que caía mientras ofrecía una declaración a la prensa.
El mandatario estadounidense se disponía a emitir una rueda de prensa en
la Casa Blanca, junto a su par turco, el primer ministro Recep Tayyip
Erdogan, cuando reparó que la llovizna inevitablemente lo mojaría. Para
evitar tamaño riesgo dispuso del servicio de un marine de la Armada para
que lo protegiera con un paraguas.
El acontecimiento ha generado todo un revuelo en este país del norte, pues esta orden de Obama está prohibida y es ilícita, ya que contradice las funciones y el código de la marina gringa, donde expone que ningún marine puede portar un paraguas, ni siquiera para evitar que el presidente de ese país se moje y arruine su peinado y traje.
Esta espectáculo mediático de la política norteamericana evoca y reafirma, una vez más, las grandes diferencias que distancian a líderes como Barack Obama y el Comandante supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien no dudó un instante en empaparse de agua y pueblo en el cierre de campaña del 4 de octubre de 2012 en momentos delicados de salud; o Maduro y Chávez llenándose de fango y barro junto a su gente, en tragedias sociales ocasionadas por fenómenos naturales. Esos son los hombres y mujeres imprescindibles.
El acontecimiento ha generado todo un revuelo en este país del norte, pues esta orden de Obama está prohibida y es ilícita, ya que contradice las funciones y el código de la marina gringa, donde expone que ningún marine puede portar un paraguas, ni siquiera para evitar que el presidente de ese país se moje y arruine su peinado y traje.
Esta espectáculo mediático de la política norteamericana evoca y reafirma, una vez más, las grandes diferencias que distancian a líderes como Barack Obama y el Comandante supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien no dudó un instante en empaparse de agua y pueblo en el cierre de campaña del 4 de octubre de 2012 en momentos delicados de salud; o Maduro y Chávez llenándose de fango y barro junto a su gente, en tragedias sociales ocasionadas por fenómenos naturales. Esos son los hombres y mujeres imprescindibles.
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