Los crímenes violentos contra mujeres en Afganistán alcanzaron un nivel de brutalidad sin precedentes en 2013, a medida que se acerca la salida de las tropas internacionales, según anunció un organismo de control de derechos humanos afgano.
Sima Samar, presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos
Humanos (AIHRC, por sus siglas en inglés), dijo a Reuters que la
frecuencia y atrocidad de los ataques contra las mujeres se intensificaron en
2013, con un aumento de los episodios del 25% de marzo a septiembre.
"La brutalidad de los casos es realmente escabrosa. Mutilar la nariz, los labios y las orejas. Cometer violación pública", dijo Samar. "La violación en masa va en contra de la dignidad, y contra la humanidad".
"La brutalidad de los casos es realmente escabrosa. Mutilar la nariz, los labios y las orejas. Cometer violación pública", dijo Samar. "La violación en masa va en contra de la dignidad, y contra la humanidad".
La portavoz señaló que a medida que la fecha límite de retiro de las tropas internacionales se acerca, las mujeres de las zonas tribales están menos protegidas, dejándolas vulnerables a las agresiones violentas.
"La presencia de la comunidad internacional y los equipos provinciales de reconstrucción en la mayoría de las provincias estaba dando confianza a la gente", dijo Samar. "Había gente ahí tratando de proteger a las mujeres. Y eso ya no existe, por desgracia".
La defensora también señaló que las malas condiciones económicas y la falta de seguridad también están contribuyendo como factores del aumento de los incidentes.
Otros activistas de los derechos humanos responsabilizan de los ataques e incluso de la muerte de las mujeres a un sistema donde reina la ausencia de ley en un país que se rige sobre la base de las sociedades tribales patriarcales.
"Matar a las mujeres en Afganistán es una cosa fácil. No hay castigo", denuncia Suraya Pakzad, que dirige albergues para mujeres en varias provincias.
Citando casos de lapidación pública, Pakzad señala que el futuro parece sombrío para los derechos de las mujeres en el país. "Las leyes mejoran, pero la aplicación de esas leyes está en manos de los señores de la guerra. Creo que vamos hacia atrás".
En noviembre pasado, Human Rights Watch (HRW) instó a los afganos a rechazar una propuesta del Ministerio de Justicia para la redacción de un nuevo Código Penal que incluye la restauración de la lapidación como castigo por adulterio. "Es absolutamente sorprendente que 12 años después de la caída del Gobierno talibán, el Gobierno de Karzai pueda traer de vuelta la lapidación como castigo", dijo Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch.
"El presidente Karzai tiene que demostrar por lo menos un compromiso básico con los derechos humanos y rechazar esta propuesta fuera de lugar", añadió Adams.
"La brutalidad de los casos es realmente escabrosa. Mutilar la nariz, los labios y las orejas. Cometer violación pública", dijo Samar. "La violación en masa va en contra de la dignidad, y contra la humanidad".
"La brutalidad de los casos es realmente escabrosa. Mutilar la nariz, los labios y las orejas. Cometer violación pública", dijo Samar. "La violación en masa va en contra de la dignidad, y contra la humanidad".
La portavoz señaló que a medida que la fecha límite de retiro de las tropas internacionales se acerca, las mujeres de las zonas tribales están menos protegidas, dejándolas vulnerables a las agresiones violentas.
"La presencia de la comunidad internacional y los equipos provinciales de reconstrucción en la mayoría de las provincias estaba dando confianza a la gente", dijo Samar. "Había gente ahí tratando de proteger a las mujeres. Y eso ya no existe, por desgracia".
La defensora también señaló que las malas condiciones económicas y la falta de seguridad también están contribuyendo como factores del aumento de los incidentes.
Otros activistas de los derechos humanos responsabilizan de los ataques e incluso de la muerte de las mujeres a un sistema donde reina la ausencia de ley en un país que se rige sobre la base de las sociedades tribales patriarcales.
"Matar a las mujeres en Afganistán es una cosa fácil. No hay castigo", denuncia Suraya Pakzad, que dirige albergues para mujeres en varias provincias.
Citando casos de lapidación pública, Pakzad señala que el futuro parece sombrío para los derechos de las mujeres en el país. "Las leyes mejoran, pero la aplicación de esas leyes está en manos de los señores de la guerra. Creo que vamos hacia atrás".
En noviembre pasado, Human Rights Watch (HRW) instó a los afganos a rechazar una propuesta del Ministerio de Justicia para la redacción de un nuevo Código Penal que incluye la restauración de la lapidación como castigo por adulterio. "Es absolutamente sorprendente que 12 años después de la caída del Gobierno talibán, el Gobierno de Karzai pueda traer de vuelta la lapidación como castigo", dijo Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch.
"El presidente Karzai tiene que demostrar por lo menos un compromiso básico con los derechos humanos y rechazar esta propuesta fuera de lugar", añadió Adams.
Revista Zulia Prensa / RT
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