Invasión a Panamá por parte
de EE. UU. DICIEMBRE DE 1989.
http://www.pieldetigre.com/ - BOMBAS, BALAS Y MARIPOSAS
Ese día de diciembre de 1989 fuimos brutalmente
humillados.
El ejército más poderoso del
mundo nos golpeó con una fuerza imbatible y criminalmente exagerada, rompiendo
ese principio que aparece en libros tan antiguos como el Mahábharata o el
Deutoronomio, y codificadas en tratados modernos, según el que se condena el
uso de fuerzas exageradas y la destrucción de poblaciones civiles. Fue una
“guerra injusta”, para usar el término de las academias militares, con el
absurdo nombre de causa justa.
Panamá era un país con un
ejército de menos de 3,000 personas, preparado más que nada para enfrentar
protestas civiles, actividades delictivas y para defender a Noriega en sus
negocios.
Estados Unidos contaba con una
fuerza de 35,000 personas que se habían dedicado los años previos a realizar
maniobras por todo el territorio panameño, con el monopolio del cielo y el mar,
ya que Panamá no tenía nada que se pudiera considerar aviación o marina de
guerra. Sin embargo, la noche del 19 de diciembre, desde Estados Unidos
viajaron tropas adicionales y la fuerza aérea más sofisticada jamás enviada a
una guerra, totalizando 27,000 personas las que participaron en la invasión. En
esta guerra no murieron delincuentes, murieron vecinos de diversos barrios de
Panamá.
Murió gente inocente, gente
desarmada, gente que nada tenía que ver ni con el maleante de Noriega, ni con
el maleante de Bush, ni con este plan corriendo desde antes que Díaz Herrera
denunciara la corrupción del gobierno al que había pertenecido. Las toneladas
de bombas que cayeron esa noche sobre el Chorrillo no provocaron el incendio de
ese barrio de madera, o que la invasión de hace casi un cuarto de siglo fue una
liberación que debíamos celebrar, como en efecto muchos lo hicieron. Una
ilusión que necesita que nos olvidemos de la historia, de los muertos, de los
motivos, de las bombas, de las balas. Una ilusión que exige que creamos en esa
mariposa de colores que llamamos equivocadamente democracia.
La Invasión duro 42 días, murieron más
de 205 militares, 1.236 capturados por las fuerzas de EE.UU. que no se
supieron más de ellos, víctimas civiles: el número
exacto se desconoce, pero variar de 200 a 4.000. Resultado un país que pidió
ayuda a estados unidos casi exterminados en su totalidad y despropiado por
parte de los defensores de los derechos humanos.
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