Zulia 16/08/2013. En una extraña y reservada operación, una aeronave
de la Fuerza Aérea de Estados Unidos trasladó cerca de 24 toneladas de cocaína
desde Costa Rica a Miami.
Según la información desde Costa Rica Star, un Boeing C-17 Globemaster III
proveniente de la Base Dover de la Fuerza Aérea de Estados Unidos aterrizó en
el Aeropuerto Internacional Daniel Oduber Quirós el pasado sábado 27 de julio,
cargó casi 24 toneladas de cocaína en contenedores y despegó hacia Miami, no
sin antes detenerse en Nicaragua y Honduras.
La Fuerza Aérea norteamericana ante la denuncia explico que había acordado con
Costa Rica transportar la cocaína luego de que el incinerador de del programa
costarricense, capaz de destruir 300 kilos de droga por hora, presentara
dificultades para funcionar.
El Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica después de enviar toda
la droga a Miami, dijo que no autorizará más el transporte de cocaína a Miami y
que volverá a almacenarla en recintos seguros.
El reporte señala que “Los magistrados del Poder Judicial desconocían el
arribo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos a Costa Rica”. Aparentemente,
ningún permiso de ingreso al espacio aéreo costarricense fue visto por los
legisladores del Parlamento. La identidad exacta del Globemaster también fue
mantenida en reserva hasta que una indagación más profunda reveló que se
trataba del “Spirit of Delaware”.
Cuando el avión llegó, el consulado de Costa Rica en Miami debía confirmar
el envío y la destrucción de la cocaína, no obstante, no se envió ningún
comunicado. Sin ninguna confirmación del destino de la carga, el Organismo de
Investigación Judicial afirma que las drogas fueron destruidas.
Participación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos debe levantar sospechas,
en razón de anteriores acusaciones sobre tráfico de drogas de la CIA y
autoridades del gobierno norteamericano – en el caso de Nicaragua, donde el
avión se detuvo, la administración Reagan contó con el apoyo de criminales del
narcotráfico durante la red de abastecimiento de los Contras (lea informe del
Departamento de Justicia de EEUU).
En abril de 2011, Jesús Vicente Zambada Niebla, el “coordinador logístico”
del cartel de Sinaloa – pandilla responsable de la adquisición de un jet de
torturas de la CIA que se estrelló con cuatro toneladas de cocaína a bordo, en
el año 2007 – declaró a la Corte del Distrito de Illinois, Chicago, que había
estado trabajando como un agente del gobierno de Estados Unidos durante años.
Según las transcripciones judiciales, el gobierno permitió que Niebla
importara grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos como resultado de su
relación con el FBI, Homeland Security (Seguridad Interior), el Departamento de
Justicia de Estados Unidos y la Agencia Antidrogas (DEA).
Las afirmaciones de Niebla se adhieren a la voluminosa evidencia que vincula
a la CIA y gigantescos bancos internacionales en el contrabando de
estupefacientes, que amasa cientos de miles de millones de dólares al año.
Tales revelaciones fueron develadas, en un principio, por el periodista ganador
del Premio Pulitzer, Gary Webb, en sus reportajes de periodismo investigativo
“Dark Alliance”, escritos para el diario San José Mercury News y luego
plasmados en un libro. Según autoridades policiales, en 2004, Webb decidió
quitarse la vida. El periodista, quien fue encontrado con dos heridas de bala
en la cabeza, había alertado a sus conocidos sobre continuas amenazas de muerte
por agentes del gobierno.
A pesar de numerosas acusaciones en contra del gobierno de Estados Unidos,
en relación con la confiscación de grandes toneladas de drogas, como organismo
de fiscalización de narcotráfico y posterior distribución de drogas en grandes
cantidades a los países de Latinoamérica y el Caribe, los organismo encargados
de los derechos humanos y la lucha contra las sustancias estupefacientes
Internacionales, se han hecho de la vista gorda y han archivado los numerosos
informe de corrupción que vincula a la CIA y el gobierno de Estado Unidos con
el Narcotráfico y el Terrorismo Mundial.
Revista Zulia Prensa con información del sitio Web Contrainjerencia
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