"Yo estoy seguro que más temprano que tarde nosotros veremos reverdecer el pueblo de Roberto Clemente, del pueblo de Filiberto Ojeda, del pueblo que es capaz de parir un escritor como Eduardo Lalo, la fuerza de la dignidad, de la independencia, y escucharemos en nuestros oídos atentos el nacimiento de una República en Puerto Rico libre e independiente", dijo durante el acto de entrega Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en el Teatro Teresa Carreño, en Caracas.
El mandatario nacional recalcó que el Libertador Simón Bolívar quiso "dirigir las tropas libertadoras de nuestra América para Puerto Rico y para La Habana, Cuba" pero antes de eso dirigió su camino libertario hacia el sur de América, donde "comenzaron los procesos de traición y de desconocimiento del proyecto unitario original", por lo que tuvo que postergar los planes libertarios de estas dos naciones.
"La agenda quedó pendiente. A mediados de la década de 1950 Cuba logró reconquistar su independencia a costa de una gran lucha, y la ha mantenido después de 54 años de bloqueo heroico a costa de un gran sacrificio de un pueblo que realmente ha sabido defender su derecho a ser, a vivir", añadió Maduro.
El jefe de Estado saludó al puertorriqueño Eduardo Lalo, ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en su décima octava edición, y valoró el logro alcanzado por el escritor.
"Hemos tenido la inmensa fortuna de conocer físicamente a quien empezamos a conocer desde hace apenas unos días, cuando se anunció este premio a Eduardo Lalo, extraordinario hombre de las letras de nuestra América Latina, de nuestro Caribe, de nuestra tierra, de nuestra verdad", resaltó.
Durante el acto, Maduro entregó el reconocimiento y medalla a Lalo por su obra Simone, que compitió con otros 200 títulos de 17 países.
Una obra entre el amor y los contratiempos
En el acto de premiación de la obra, efectuado en la Sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño, Maduro bautizó el texto de Lalo.
"En el nombre del Libertador, quien siempre soñó un Puerto Rico libre, aquí bautizamos este hermoso libro, lleno de palabras muy puertorriqueñas. Felicitaciones", expresó el Jefe de Estado, al tiempo que dejaba caer pétalos de rosas sobre el libro galardonado.
Simone fue seleccionada como ganadora por parte del jurado calificador, encabezado por el escritor argentino Ricardo Piglia, luego de estar nominada con obras como Arrecife, de Juan Villoro; Desde la penumbra, de la chilena Silvia Lago; Formas de volver a casa, de Alejandro Sandra; y Pájaros sin vuelo, de Mateo Díaz, entre otras.
Eduardo Lalo es creador de otros títulos como Los pies de San Juan, El deseo del lápiz y el ensayo Los países invisibles (2008), texto galardonado con el premio Juan Gil-Albert Ciutat de Valencia, España.
En palabras del autor, la obra que se desenvuelve en la ciudad de San Juan, Puerto Rico, con sus calles, bares y oscuridades profundas "se argumenta desde la sutileza del desgarro amoroso y transita dos recorridos fatales: el de entender una ciudad y el desenmarañar lo maldito del amor. Somos humanos, traemos la tragedia y las mayores felicidad a las peores cosas".
Un descubrimiento imborrable
Lalo manifestó este viernes que ningún pasaporte podrá silenciar completamente lo descubierto por millones de hombres y mujeres a través de la escritura.
"Ningún pasaporte, ninguna ley imperial, ninguna de las incapacidades históricas de nuestra nación puede destruir o silenciar completamente lo que generaciones de hombres y mujeres han descubierto frente al océano que los separa y los reúne en las palabras que han reunido, cercados por el mar y por la historia", expresó Lalo tras recibir el premio.
Lalo agradeció a Venezuela por haber podido sacar de su bolsillo su verdadero pasaporte, "aquél que en ninguna de sus palabras me niega o me condena".
"Esta noche mi pasaporte ya no es una equivocación o una decisión tomada por un extraño, una agenda inconclusa, una incapacidad histórica o un cúmulo de renuncias, sino una forma en que generaciones de puertorriqueños se han enfrentado a la violencia de esa historia, al vacío del océano, a su dolor, a su lucha y al fracaso, y han formulado así palabras que se unen a las voces de todos aquellos que se han enfrentado en cualquier tiempo y lugar a los límites de sus cuerpos y de sus sociedades", agregó.
En su alocución, refirió que el escritor marca la superficie del mundo con sus obras, pues "el texto contrario a las apariencias es una forma efímera" y manifestó que su escritura radica en la reivindicación de "nuestro derecho a la tragedia".
"Sobre esa muralla del Castillo del Morro, en San Juan, supe que mi palabra, como la de mi pueblo, como la de tantos hombres y mujeres y pueblos del mundo, se construía cuestionando, luchando, rompiendo los pasaportes que nos había reservado y a veces impuesto la historia", relató Lalo, quien dijo que a su regreso a su tierra patria recordará la valentía y dignidad de la palabra.
"He llegado aquí, ante ustedes, vengo de Puerto Rico, frontera extrema de América Latina, el único país latinoamericano conquistado dos veces, el país al que la administración colonial española le negó la imprenta hasta comienzos del siglo XIX, al que no le permitió crear una universidad por más de cuatro siglos, al que entregó como botín de guerra, como si fuera una hacienda o un cargamento de azúcar, a su nuevo a su nuevo dominador. Soy de ese lugar que acaso vivió la globalización antes que cualquier otra sociedad. Antes de que existiera el término y el conocimiento tanto de sus consecuencias como también de las formas de oponerlas", expresó.
Simone, una historia llena de no-lugares
El presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, (Celarg), Roberto Hernández Montoya, indicó que Simone ejemplifica lo que el antropólogo francés Marc Augé planteaba sobre los "no-lugares", espacios transitorios que no reunían todas las condiciones para ser considerados como lugares.
"Simone está llena de no-lugares. Quizá los no-lugares más típicos sean los aeropuertos, los centros comerciales, iguales en todo el planeta, sin país, sin raíces, sin identidad, en donde todos los sabores son los mismos, en donde uno apenas sabe donde está. También ciudades, países y hasta continentes enteros pueden ser no-lugares", expresó Hernández, quien explicó que el concepto puede trasladarse a América Latina y El Caribe.
"Algunos inmoralizados han dicho que esto no es un país sino un gentío, o que a este país hay que esconderlo", agregó el licenciado en letras de la Universidad Central de Venezuela, quien citó al poeta Gustavo Pereira para explicar su punto de vista: "Tan invisibles y laboriosos y tan persistentes como las gotas de lluvias y a quienes debo, o tal vez deba decir debemos el papel donde escribo, el lecho donde duermo, el zapato donde calzo, el techo que me alberga y hasta el espíritu que me aliente".
En ese sentido, refirió que "esos seres invisibles" han sido víctimas de la burguesía, que con su ideología se transformó en una fuerza de opresión que se adueñó de las academias, teatros y medios de comunicación, entre otros espacios, y fue allí cuando comenzó a gestarse una serie de signos que dieron paso a lo que la ingenuidad llamó cultura o incluso alta cultura. "Y en eso incurrimos en la ingenuidad de pensar que esa alta cultura no es para los invisibles, en eso nos volvemos cómplices de la burguesía, que sostiene que la miel no se ha hecho para el hocico del burro", indico.
Revista Zulia Prensa / MINH
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por Comunicarse con Zulia Prensa