El capitán del Ejército colombiano Adolfo Enrique Guevara Cantillo
-ex jefe de inteligencia de un grupo élite militar en el año 2004-
reveló este domingo que el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010)
“dictaba ordenes para cometer asesinatos”, gracias a un estrecho vínculo
entre las entonces fuerzas del Estado y ciertos grupos criminales.
Guevara, alias “101”, fue hasta 2004 jefe de inteligencia del GAULA
(grupo élite del Ejército Nacional contra la extorsión y el secuestro)
en el departamento de Magdalena (norte) y, al mismo tiempo, desde 1998
tuvo la doble función de lugarteniente principal del paramilitar Rodrigo
Tovar Pupo, alías “Jorge 40”.
“Irónicamente, yo asesiné personas fue como militar, no como
paramilitar”, afirmó Guevara, explicando que no era un infiltrado en los
grupos criminales, sino que trabajaba abiertamente para ambos bandos
armados, el legal y el ilegal, siendo protegido por altos mandos como el
general Mario Montoya, excomandante del Ejército durante el Gobierno de
Uribe.
Guevara señaló que él coordinaba en el norte del país la colaboración
criminal entre el bando armado estatal y el ilícito paramilitar.
Asimismo, resaltó que recibió órdenes directas de Uribe para cometer
asesinatos.
En ese sentido, explicó que, por intermedio del general Montoya,
recibió del entonces presidente Uribe “órdenes de cometer asesinatos”,
al tiempo que describe una “íntima, impune y eficiente relación criminal
entre las fuerzas armadas del Estado y los ejércitos del crimen
organizado de extrema derecha”.
En otras palabras, Guevara detalló que el general Montoya y Uribe
solicitaban los falsos positivos, el entonces mayor Édgar Iván Quiñones
Cárdenas (hoy coronel) se encargaba de la logística y su legalización, y
era él quien cometía los asesinatos.
Aunque la entrevista a Guevara Cantillo data de septiembre de 2013,
en la cárcel Nacional Modelo de Barranquilla (norte), es revelada ahora,
tras múltiples comprobaciones y consultas con fuentes militares,
judiciales, diplomáticas, civiles y criminales.